2 Corintios 12:9
|«Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad.»
Nuestra debilidad tiene que ser vista como una imperfección que abre paso al poder divino. Nosotros no podríamos experimentar la gracia de Dios, sino fuera por nuestra naturaleza pecaminosa. Glorificado sea el Señor por el aguijón de la carne que tenemos para hacernos entender que no somos nada y que dependemos totalmente de Él.
VEA
7 Cosas que no sabías sobre tu cuerpo
Esto es una hermosa palaba que brota directamente de Dios. Ciertamente, ¡La gracia del Señor nos basta! Estoy profundamente segura que es así. ¿Acaso no basta todo el mar para el pez, y todo el el cielo para el ave? Dios es todo suficiente, Él es un manantial que puede saciar nuestra necesidad, si así lo decidimos.
Sujetémonos entonces, de Su gracia. Si él no quita nuestro dolor, nos da la capacidad de soportarlo. Sin Dios, es imposible ganar la batalla, por lo cual dependemos totalmente de Él, por eso aquel que es sabio y entendido es aquel que le busca. Mediante Jesucristo todo lo podemos, Filipenses 4:13.