Hageo 2:8
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Mía es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos.
Aquí hay una propiedad de pertenencia de parte de Dios, donde nos dice que de Él es la plata. Dios es dueño de la plata, pero cuando el se quiere glorificar, no necesariamente necesita plata para hacer lo que el quiera.
VEA
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Él tiene la planta en abundancia, por eso debemos de confiar en él, porque de él viene la plata.
De él también es el oro, en el cielo hasta la calle son de oro, pero él no necesita oro para hacer lo que él quiere hacer.
Por eso, esto no es una ocurrencia de Hageo el profeta que expresó estas palabras, sino que Hageo está dando una declaración de la realidad del Dios todopoderoso.