Mateo 5:4
|Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.
Esta es una de la bienaventuranza que enseño Jesús, por lo tanto debemos de tener ese consuelo. En alguna etapa de nuestras vida, en algún momento hemos tenido que llorar por alguna u otra razón, y esto es algo inevitable.
De hecho, hasta Jesús lloró, pero la cuestión no es llorar sino que Dios mismo secará nuestras lágrimas. No hay lágrimas que Dios no puede secar, porque ahí sentiremos el consuelo de nuestro señor.
VEA
7 Cosas que no sabías sobre tu cuerpo
Hay muchas cosas que nos pueden provocar esas lágrima pero no se compara con el consuelo que recibiremos de parte de Dios. Por lo que, en cierta ocasión es necesaria las lágrimas para que recibamos y sintamos ese consuelo de Dios.
Aveces llorar no lo podemos evitar, por la razón que sea. Solo tenemos que recibir la consolación de parte de Dios, que es su presencia en nuestras vidas.
Somos bienaventurados cuando lloramos, por el solo hecho de ser consolado por nuestro Dios. Su consuelo es incomparable.