Romanos 8:16 

El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.

El Espíritu Santo es nuestro guía, nuestro consuelo, quién nos guía a toda justicia y verdad, quién convence de pecado, de justicia y de juicio.

Siempre ha estado presente desde el inicio hasta ahora, y siempre lo estará, Génesis 1:2, Apocalipsis 22:17.

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En su relación con nosotros, aparte de que intercede por nosotros y nos ayuda a pedir como conviene, según Romanos 8:26-27, nos da testimonio de que somos hijos de Dios, y esto es importante. Nosotros debemos de saber, que somos hijos de Dios cuando venimos a Cristo, él mismo Espíritu nos sella para el día de la redención Efesios 4:30.

También dice en Romanos, que los que son guiados por él Espíritu, estos son hijos de Dios. Es necesario, ser guiado por él Espíritu de Dios, ya que este es un indicativo de ser su hijo.

Así que, si no ha aceptado al Señor como tu salvador, estás a tiempo. De esta manera, él Espíritu te guiará y te sellará para cuando Cristo venga, te mantengas dando testimonio de que eres hijo de Dios.