Salmos 114:7

A la presencia de Jehová tiembla la tierra, A la presencia del Dios de Jacob.

La presencia de Dios trae aliento, trae vida, nosotros somos inmerecedores de eso, pero a él le place bendecirnos con su presencia. Cuando experimentamos su presencia nos podemos sentir libre y gozoso. Porque la presencia de Dios cambia el ambiente, disipa toda tiniebla.

Cuando su presencia nos abraza solo nos queda llorar y llorar, y aveces nos sentimos como Isaías, que no sentimos inmundo. Por que su presencia revela nuestra condición, y nos hace cambiar,, nos produce arrepentimiento.

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Pero también su presencia hace que los montes tiemblen, y se estremezcan los collados y las montañas. El enemigo huye a la presencia de Dios, toda la tierra tiembla a la presencia de Dios, los montes humean, nosotros nos postramos ante su presencia.

Esa misma presencia fue con Moisés y le dio descanso, nosotros necesitamos esa presencia para vencer todos los días. A la presencia del dios de Israel tiembla la tierra.

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