SANTIAGO 1:12

Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.

Somos dichoso cuando soportamos la tentación, aquí en este verso no dice que es Dios que la va a soportar por nosotros, sino nosotros mismos. Ya Jesús fue tentado en todo y venció el pecado en la carne, ahora nos toca a nosotros vencer. 

Claro está que Dios nos ayuda para que no caigamos en la tentación, porque él socorre a los que son tentados, pero nosotros también debemos de ejercer el dominio propio, la templanza, la voluntad de no pecar contra Dios. 

La tentación no es mala, malo es cuando accedemos a ella. En otras palabras, tú no pecas cuando eres tentado, tú pecas cuando cedes a las tentaciones. 

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Pero hay una bienaventuranza cuando soportamos la tentación, y también una recompensa y es que cuando hayamos resistidos, recibiremos la corona de a vida. La biblia dice en Apocalipsis; sé fiel hasta la muerte. 

Esa corona de vida, no fue exclusiva para Abraham, Moisés, David, el apóstol Pablo, etc. Es también para los que aman a Dios. Así que, si ama a Dios soporta la tentación y recibirás tu corona.

Ya Dios nos prometió esa corona, Dios se compromete con los que lo aman, con los que guardan su mandamiento, con los que le buscan y por ende, se mantienen para no pecar.

La corona te espera.